El Grupo de Mujeres Artísticas Catamarqueñas “Pasionarias”, que hasta el 22 de agosto, mantendrá la muestra “Entretexto”, en el Espacio de Arte Contemporáneo, en el Paseo Cultural Castro Barros, desarrolló durante la Feria del Libro distintas actividades, una de ellas fue “Diálogo cara a cara y bordado a cuatro manos”.
Somos Mujeres participó de la propuesta de bordado que Pasionarias realizó en el marco de la Feria del Libro, una experiencia que buscó recuperar la práctica ancestral de coser, promover el diálogo y culminar con una obra colectiva. La actividad se realizó el 4 de julio último en el Espacio de Arte Contemporáneo, del Paseo Cultural Castro Barros.
El grupo Las Pasionarias está integrado por 11 artistas de diferentes edades de 20 a 70 años, nació de la iniciativa de 11 amigas, que producen desde hace mucho tiempo. “La inquietud de mover un poco el traste, salirnos de la zona de confort y generar vínculos a través de lo que hacemos” dijo Celina Galera, integrante de Las Pasionarias, docente y artista visual, sobre los motivos que la llevaron a unirse para formar el grupo.
Una vez conformado el grupo, Celina contó que así como “encontramos que tenemos un montón de cosas para trabajar”, asimismo también consideró que “es una experiencia muy complicada sobre todo para los artistas visuales, que a diferencia del teatro, la música, la danza están acostumbrados a ocupar roles y a trabajar en grupo”. Explicó que “entonces es un lugar incomodo porque significa negociar y llegar a acuerdos que desde las estéticas y las historias de vida diferentes que traemos cada una han sido complejas y a la vez enriquecedoras”.
“Nos une el afecto y el respeto por el trabajo de las otras, todas conocemos el trabajo de la otra y la admiramos de alguna forma y estamos aprendiendo permanentemente”, precisó y agregó que “por supuesto que tenemos crisis y conflictos que ponemos en discusión”.
En ese aspecto, ejemplificó una crisis reciente, señalando que al momento de participar en la Feria del Libro “hacía falta decir si éramos o no mujeres ¿era 11 artistas mujeres u 11 artistas? ¿Es necesario autodefinirnos? Para mí en estos momentos sí, es absolutamente necesario”.
Asimismo, sostuvo que “la dinámica, las lógicas, las discusiones están muy vinculadas a nuestra feminidad, en un punto, en el caso de las que maternan, también hay mucha historia y un esfuerzo en común que hacemos las mujeres, que laburamos todas, somos cuidadoras de hogares y además tratamos de hacernos tiempo para tener una propia obra, que no es fácil”.
Al ser consultada sobre cómo nació la experiencia del bordado colectivo, actividad en la que participaron mujeres, hombres y diversidades contó que “fue una experiencia comunicacional”. Agregó que “a inaugurar la muestra vinimos ocho, muy felices, con todas las obras en el auto, tuvimos un día de montaje que fue excelente relacionándonos con los chicos del Espacio Cultural, después se fue una parte del equipo y quedamos otro grupo con la idea de hacer una acción perfomática, que significara conocer a la gente más cerca, no desde el lugar del artista con el público, sino de compañeros en un trabajo común donde todos somos iguales y pares y podemos construir una obra textual con sentido, un texto común que nos represente a todas, o no, con pedacitos de cosas”.
Ante la consulta de ¿por qué bordar y no pintar?, Celina dijo que “primero por una cuestión cómoda en el uso de los materiales y la gente que no ha pintado nunca siente como un respeto, que el arte es una cosa más allá, hay cierto prejuicio con el yo sé, en cambio, coser es una acción que está incorporada en nuestro ADN femenino, porque las mujeres seguimos cosiendo y hemos sido siempre las hacedoras de la ropa, del abrigo”.
Una de las participantes de “Diálogo cara a cara y bordado a cuatro manos”, no llegaba a los 30 años, y comentó que nunca había cosido, siendo esa su primera experiencia con una aguja, a lo que Celina reflexionó que “muchas de nosotras venimos de abuelas que han sido costureras, es una tradición que estamos tratando de mantener y de enseñarle a nuestras hijas, recuperar un saber que en una de esas ya no es práctico, pero si terapéutico y tiene que ver con una forma de escritura en el fondo, porque la costura es una forma de escritura, una línea que se construye y deja una huella”.
Ante la existencia de la industria textil, señaló que “nos hemos vuelto unos consumidores absolutos, nos han enseñado a que ya no hace falta hacer nada, que todo viene hecho y hemos perdido el placer manual de hacer, el sentido del hacer propio, que por ahí no es tan bonito, ni prolijo, pero es único, es nuestra forma de hacer”.
Además de la experiencia de bordado, también inauguraron la muestra y el conversatorio a pie de obra “Entretexto”, al respecto, Celina recordó que “trajimos vinos catamarqueños, blanco, tinto y rosados con la idea de traer distintos colores, olores, sensaciones que acompañara lo que para nosotras es Catamarca”.
Señaló que “vivimos a dos horas de viaje de distancia de La Rioja, somos muy parecidos en muchas cosas, a nivel social, ideológico, tradiciones, pero también somos muy distintos y la idea era poder ver eso en el conversatorio y contar cual era nuestra experiencia y la gente nos hizo preguntas y nos contaron cual era la propia”.
La muestra permanecerá en el Espacio de Arte Contemporáneo hasta el 22 de agosto, son más de 60 obras, de distintas disciplinas.
Para finalizar, Celina dijo que “el grupo ha ido mutando, hace más de 20 años, que tenemos un proyecto colectivo que ha ido tomando distintos nombres y ha ido cambiando la gente pero siempre hemos sostenido espacios culturales, salas de exposición, y en estos momentos es un grupo mutante en gira, venimos de estar en Santiago del Estero el año pasado y la idea era ir a Tucumán y trazar redes”. “Estamos agradecidas por el afecto, estamos conmovidas por el cariño y sentir que empieza algo que se pueda mantener de que hay que estar más cerca”, concluyó.