Brindar capacitaciones que muchas veces se convierten en el oficio que luego será el inicio de un emprendimiento, es uno de los objetivos que persigue la Fundación Amares, presidida por Cyntiha Nuñez, a quien conoceremos en esta entrevista que brindó a Somos Mujeres. Se capacitó en canto, luego como chef y con lo que aprendió, vendía pastas, y pudo estudiar y recibirse abogada. Del 2020 a la actualidad, la fundación capacitó a 800 personas en distintos oficios, está integrada por 33 profesionales.
Cynthia comenzó a idear la Fundación Amares en el año 2005, en ese momento su vida estaba atravesada por situaciones de violencia en razón de género, que, así como esa etapa fue dolorosa, llena de injusticias, de ausencias del Estado, también significó buscar las estrategias para salir adelante. En esa resiliencia nació Amares brindando asistencia en lugares que daban lugar al más necesitado: en merenderos y roperos comunitarios.
Somos Mujeres: ¿Que es Fundación Amares?
Cynthia Nuñez: Fundación Amares es un espacio donde buscamos integrar a diferentes actores. Si bien nos enfocamos, no incluimos al sexo masculino, nos apoyamos en las diversidades y en el feminismo para poder llegar a más lugares. Nuestro principal objetivo es la capacitación, esa es nuestra bandera, después trabajamos en el proteccionismo animal, ambiental y en la gestión cultural. Tenemos 28 objetivos, pero el principal es llevar la bandera de la capacitación, que también es una excusa para ver situaciones de violencia en razón de género o algún abuso.
S.M.: ¿Cuándo comenzó a trabajar la fundación?
C.N.: La fundación empezó en el 2005 en los merenderos, en roperos comunitarios, con tareas de asistencia, en cuanto a los recursos administrativos y alimentarios y la animación porque íbamos a festejar el Día de la Madre, del Niño, la Navidad, íbamos disfrazados de Papá Noel, de Mamá Noel, de todo. A partir de ahí comenzamos con la profesionalización y la capacitación llevando los oficios, primero en Capital, tomando los merenderos, los asentamientos y los centros vecinales.
Si bien, en el Loteo de los Arquitectos, tenemos un espacio físico, pero no tenemos tapia, ni aire acondicionado, ni mesa, por lo cual decidimos tomar espacios, hasta el año pasado estuvimos en 19 espacios en la Capital, trabajamos muy bien, generamos muchos vínculos con la gente, tanto con dirigentes, sindicalistas y la sociedad, vimos la oportunidad de que no tenía que venir la persona a capacitarse, sino que nosotros buscábamos eso de llegar.
En el 2005 iniciamos con instalación de huertas familiares y ahí empezamos el recorrido y cuando se fueron abriendo las puertas se fueron sumando personas. En el 2020 pudimos crear la personería jurídica y el estatuto, y constituirnos formalmente, ahí comenzamos con toda la estructura.
Amares es de mar, de inmensidad, abarca todo, el a es arroba, es un anexo al mar, empezamos a sumar profesionales, esos amigos que durante todo el tiempo me vieron disfrazada de payasa, empezaron a decir tengo ropa chica de mis hijos, tomá 500 pesos para las galletas y así fuimos sumando gente.
Dentro de la fundación somos seis abogados, cuatro contadores, un escribano, masajista, dos arquitectas, un director de orquesta, una licenciada en Recursos Humanos, una farmacéutica, dos pediatras, un médico clínico, fotógrafo profesional y así fuimos sumando hasta en la actualidad llegar a 33. Por supuesto que en la medida que vamos avanzando uno va donando y dedicando tiempo y siempre que estás en una asociación, un club, una fundación hay un grupo de voluntarios que voluntariamente regalan tiempo, que es lo más preciado, porque el tiempo no vuelve, es más preciado que el dinero porque es vida, pero también nuestra mirada es holística, miramos todo de manera integral para llegar a los espacios cada uno opina, vemos la oportunidad de vincularnos con otros sectores, trabajar en equipo y avanzar.
En esa palabra que implica voluntariado sabemos también, que mientras vamos ayudando, vamos sanando internamente por eso hay cada asociación, cada persona tiene su objetivo, su interés en avanzar pero cuando se cumple el ciclo los voluntarios van cambiando o no van teniendo tiempo para dedicar amor, cuando uno tiene conciencia de lo que quiere en la vida, dedicar tiempo a pesar de que sea adhonoren y no tengamos ningún beneficio implica una ganancia mayor porque vamos llegando a la gente y compartiendo historias.
Nosotros a la fecha tenemos 800 egresados desde el 2020, que es un montón, tenemos varones y niños, niñas, que a través del juego lúdico van aprendiendo y sabemos que la realidad los lleva a laburar porque venden cositas dulces, maicenitas, pastelitos, pan casero, aunque en la práctica decimos ‘no, el niño no trabaja’, porque es menor, y hay que resguardar los derechos del niño, nosotros lo capacitamos para que ellos jueguen y aprendan otra forma de ver las cosas, pero en la práctica y la realidad sabemos que ellos trabajan.
S.M.: ¿Qué fue lo que sucedió en el 2005 que te llevó a crear la fundación?
C.N.: Nos habían convocado para organizar un festejo del Día de la Madre, la idea era, empezar a recolectar elementos para poder sortear ese día y pasar una tarde amena, con maquillaje y peluquería, y nos juntamos un par de amigos que son los que me acompañan hasta la fecha y conseguimos donaciones, pasamos la tarde y fue muy gratificante. Nos fuimos a un asentamiento a la zona norte, nos había convocado una mamá que hacía tareas sociales, tenía un merendero, ahí empezamos la misión. Yo siempre fui inquieta y el oficio me ayudó a progresar y a darme cuenta que todas esas pequeñas herramientas, que yo creía pequeña, eran inmensas para mí y me ayudaron a lograr mi objetivo, que era ser abogada, en menos de tres años, poder mantener mi casa y salir adelante.
Tomé mi experiencia personal para empezar a multiplicar esos oficios y que las mujeres y las diversidades, sin depender de su estado civil, puedan mantener su hogar, llegar a fin de mes y generar dignidad, porque cuando vos no le podes dar de comer a tus hijos y un mes pagas la luz y otro mes le compras los útiles o las criaturas quieren comer fruta y no pueden porque no hay para el yogur, ni para la fruta y hay para el pan uno se pone triste.
Yo me aferro mucho al preámbulo de la Constitución de la Provincia, donde dice que es obligación del Estado dirigir la sociedad y que la sociedad es anterior al estado, es la única Constitución que en su preámbulo hace hincapié en la salud, en la educación, en la vivienda digna y dice en la justicia pronta y efectiva y en el trabajo que genera dignidad. Es la única Constitución que en su preámbulo defiende todos los derechos incluyendo el derecho al trabajo entonces me aferro a eso.
Las riquezas de los países se miden a través de la capacitación, un país es rico o pobre, de acuerdo al personal capacitado, entonces creo que ahí está la mayor riqueza, y lo ponemos en práctica, porque es muy lindo decir hacemos esto. Los recursos humanos, la capacitación, la profesionalización, la sororidad, el mirar al otro, hay que hacerlo y ejecutarlo, uno es lo que hace y no lo que dice. Vamos a lugares donde hay un solo alumno, se inscriben 700 y por diferentes motivos porque no pueden llevar media docena de huevos, 30 gramos de azúcar o 20 de lavadura o se les complica el cuidado de los niños, entonces hacemos hincapié, aunque sea un solo alumno, ojalá fueran 200, de a poquito fuimos generando 800 egresados, eso nos lleva a motivar a otros.
Tenemos un montón de historias: había una madre que se le murió su hijo, que tenía dos meses de nacido, estuvo en terapia intensiva, y ella no salía de su casa por el gran dolor que le implicaba, pero si salía todos los miércoles al barrio Rey Primero a buscar su curso y su profe de uñas soft gel, semi permanentes y semiesculpidas, logró cuatro títulos en seis meses, el día de su egreso ella puso en su estado ‘angelito mío tenes que estar orgullosa de mamá, hoy logré mis cuatros títulos’. Para ellos es importante, como para mí fue en su momento recibirme de profe de canto, chef gasté un montón de recursos: tiempo, plata, iba con mis hijas, pasaba lunes miércoles y sábado a la noche practicando para adquirir conocimiento, en imprimir la fotocopia para poder tener los apuntes, la hoja de claves para entrar al sistema, entonces, emprender es poner todos los recursos y las posibilidades para potenciarnos y ojala en esa potenciación todo el mundo pudiera encontrar su misión y sentirse realizado porque como personas creo que la dignidad y el trabajo es lo que nos potencia, nos hace crecer y nos hace sentir bien. Dicen que el dinero no es todo, pero cuando vos no tenes para pagar las cuentas, dependes de un hombre o sos victima en razón de violencia de género y buscan minimizarte, a veces el oficio es esa cuerda que se te da para salir al mundo y decir yo valgo un montón.
También conocimos el caso de una mujer que había quedado viuda y comenzó curso de uñas y me dio su tarjeta y me dijo gracias profe, quede viuda, pero yo estoy trabajando y gracias a esto llego a fin de mes.
Siempre cuento mi historia que vendiendo pastas me pude recibir de abogada, pude pagar los libros, la casa, la luz, la nafta, absolutamente todo, ahí encontré mi vocación para ser insistente en esto de capacitar y profesionalizar.
S.M.: En estos años que llevas en la fundación ¿qué observas de la realidad de las mujeres y de las diversidades?
C.N.: Es un sector que todavía no está incluido, al que se lo tiene que integrar, sumar y escuchar y creo que todavía nos falta como sociedad trabajar esa vinculación y la integración real. Es importante el cupo laboral trans porque hay que generar oportunidades para que tengan acceso al trabajo. Sabemos que las mujeres y las diversidades venimos luchando por oportunidades, pero los cargos altos, los más visibilizados o los de mejores pagos siempre están ocupados por varones.
Otras de las fallas es no respetar los cupos, del 33 por ciento, en los escenarios, en los cargos públicos, en la visibilidad, en las direcciones, en los cargos ejecutivos. No voy a comparar el hombre con la mujer, ni con las diversidades, todos tenemos nuestras propias limitaciones y potencialidades, pero las diversidades y el género femenino tenemos una mirada más holística porque estamos preparados desde otro lado para poder administrar históricamente el hogar y el varón va mirando por objetivo mientras que la mujer con una mirada más integral por algo es administradora de recursos.
S.M.: ¿Cuáles son los oficios que brindan?
C.N.: En diciembre trabajamos en mesas navideñas, elaboración de panes dulces y budines y pollos arrollados. También brindamos cursos uñas soft gel, semipermanentes, esculpidas, masaje con piedras calientes, con piedras frías, yoga, reflexología, entrenamiento funcional, peluquería, alisado y keratina, corte femenino y masculino, barbería, corte y confección, tejido, amigurumi, pastelería, panificación.
Estamos en Bahía Blanca, en Chilecito y en la Capital, pero virtualmente hemos llegado a los 18 departamentos, aun sin recursos, a través del Fondo Nacional de las Artes, con un seminario de innovación y gestión cultural para enseñar a crear proyectos y que puedan ser viables y presentados al momento de aplicar alguna propuesta de Nación, incluso provincial.
Hasta el 2022 nuestro objetivo era proteger el medio ambiente y el proteccionismo animal, el costo de los cursos era alimento para los refugios entonces el curso salía eso, medicamentos para los animales en situación de calle, ropa para los perros.
Siempre para que no haya deuda energética todo tiene que ser un dar y recibir porque en el primer taller que largamos fue de panificación, por cuatro meses, en el centro vecinal del barrio Santa José, nos dimos cuenta que había 60 matriculas, con un título avalado por el Instituto de Responsabilidad Social, nos dimos cuenta que al terminar en las últimas dos clases eran más, nosotros trabajamos muy seriamente, con dos inasistencias que no estén justificadas por razones mayores, ya no pueden egresar, tiene que empezar de cero el taller, hay que generar esa responsabilidad y valorar el trabajo del capacitador, que se alista para ir, prepara la clase, lleva sus elementos para compartir y capacitar, vamos trabajando esa responsabilidad social, invitamos a todos a sumarse para capacitar, para capacitarse, a sumarse al espacio para poder generar los vínculos y capacitar.
En el final de la entrevista, Cynthia contó que el año cerró con el curso de mesa navideña, con el que trabajaron con cuatro instituciones: el centro vecinal 3 de Febrero, la Fundación Amparo, la Fundación Amares y el Merendero Virgen de Guadalupe.
“Es la única forma que vemos de avanzar con un objetivo en común. Se hace menos difícil la cuesta arriba, a través de los cursos que venimos dando nos fuimos vinculando con distintas instituciones, ya que la única forma de llegar es trabajando en red y en equipo, el trabajo transversal nosotros lo ponemos en práctica”, concluyó.