La pandemia significó para Patricia Ortiz, por un lado, atravesar los días más difíciles para su familia, cuando su esposo, el sostén económico de la familia, quedó sin trabajo, al ser despedido de la agencia de automóviles, en donde trabajaba, y por el otro, fue el nacimiento de Dulce Flora, su emprendimiento.
En los días de aislamiento durante la pandemia de covid, hace tres años, en el 2020, Patricia no bajó los brazos, se necesitaba un ingreso económico para la familia y comenzó elaborando almohadones para mascotas y los puso a la venta, primero el boca a boca, fue la publicidad, luego las redes sociales.
De los almohadones para mascotas, el emprendimiento creció y comenzó a ser manualidades en costura, ahí Patricia empezó a elaborar neceseres, toallitas, servilletas, mantelito para jardín de infantes, cestas para pan, set de belleza, vinchas desmaquilladoras, babitas para bebes, baberos, cestas de guardado, portachupetes, entre otras cosas más. “Y ahora que estamos con el tema de reciclado hago toallitas intimas que las podés lavar y volver a usar”, contó Patricia a Somos Mujeres, mientras participaba en una feria en la zona sur, lugares habituales en los que participa para vender sus creaciones.
“Como no podíamos salir, hacia las ventas vía telefónica y así empecé este emprendimiento”, recordó Patricia y seguidamente precisó que “empecé a sumar colitas para el cabello, vinchas, después una amiga me dijo porque no íbamos a exponer en la plaza”.
Al momento de contar lo que significó la creación de su emprendimiento, Patricia dijo que “me sumó una parte económica, tengo una nena de 16 años, nos quedamos sin trabajo y eso fue un tema, mi esposo por su lado empezó a buscar que poder seguir haciendo y yo poder sumar en nuestra economía familiar”.
“Mi esposo trabajaba en una agencia de autos hacía lo administrativo, yo había estado trabajando, pero cuando nacieron mis hijas dejé de trabajar, me dediqué a ellas, y él se quedó sin trabajo en la pandemia”, detalló Patricia y agregó que “a él le costó muchísimo reinventarse”.
Entonces con el emprendimiento, Patricia señaló que fue una forma de brindarle apoyo a su esposo para que sintiera que no todo estaba tan mal. “Estaba la pandemia y encima quedarse sin trabajo, si bien no somos tan grandes, porque él tiene 61 años y yo 58, pero a veces la misma sociedad te hace sentir vieja, a dónde vas a conseguir trabajo, no tenes una profesión, entonces se hace muy difícil”, especificó.
Y agregó que “mi hija hoy está cursando quinto año de la secundaria, entonces mi consejo es que no importa qué estudie, pero que estudie, porque nosotros tuvimos buenas épocas que trabajamos los dos, pero también tenes malas épocas en donde él que no estudia cuesta mucho, cuesta conseguir trabajo”.
Ese significado no fue solo en la economía familiar “también lo que me sumó es poder estar más en contacto con la gente, que, si bien la pandemia a todos nos hizo un poco mal estar tanto tiempo encerrados, esto me ayudó”, contó Patricia y agregó que “a mí me daba pavor salir, yo hacía todo desde mi casa, si bien venías y me preguntabas ‘Patricia me podés hacer un almohadón para mascota’ y yo lo hacía, pero a mí me costó mucho hacer venta al público de persona a persona”.
Patricia se sincera de porque le cuesta realizar la venta al público: “Soy tímida, me da vergüenza ofrecer lo que yo hago, sumado a la pandemia que estuvimos tanto tiempo encerrados”, recordó que “de a poco empecé a ir un tiempo (a las ferias), después dejé de ir, no quise ir más, hasta que mi amiga me dice tenes que venir y ahora estoy más suelta, me cuesta pero ya lo hago más normal, no con tanto miedo, miedo de que te vayan a decir algo o que no guste lo que hace uno”.
La Universidad para el Adulto Mayor fue el lugar donde Patricia aprendió lo básico de la costura y luego profundizó a través de revistas, Youtube y Facebook. “Voy sacando cosas según lo que a mí me gusta y lo que realmente puedo yo hacer”, contó.
Con respecto al nombre de su emprendimiento, Patricia dijo “el nombre de la marca es el nombre de mis dos hijas yo tenía dos hijas, hace siete años perdí una, una se llamaba Florencia y la otra Agustina entonces le puse Flora, le puse por mis dos nenas”.
A Patricia se la puede encontrar con su emprendimiento Dulce Flora los sábados en la Feria de plaza 25 de Mayo, los domingos en el Parque de la Ciudad, en Instagram dulce.flora_ o a través de whatsaap 3804629380.
Muy linda nota, que inspiradora. Excelente tu trabajo como siempre Amiga
Muchas gracias, sii pensando en todas las mujeres que se animan a emprender y para las que lo tienen en mente y aún no se animan, linda la experiencia de Patricia.