La Colectiva de Mujeres de la Costa Riojana nació hace tres años con el objetivo de acompañar a las mujeres que sufren violencia por la razón de género, luego se amplió a la gestión en el ámbito de la producción. Desde Somos Mujeres hablamos con Maia Pisano y Carolina, dos de las integrantes de la colectiva, sobre la realidad de las mujeres en la costa riojana, las urgencias a resolver, los trabajos que realizan y los cambios que son necesarios para una sociedad con mayor equidad de género.
La Costa Riojana, así se denomina al conjunto de pueblos, distanciados entre sí, a la vera del faldeo de la Sierra del Velasco, sobre Ruta Nacional 75, que comienza en Sanagasta y concluye en Aimogasta, pasando por Las Peñas, Agua Blanca, Pinchas, Chuquis, Aminga, Anillaco, Los Molinos, Anjullón, San Pedro, Santa Vera Cruz (departamento Castro Barros), y Aimogasta (departamento Arauco).
En esta geografía, habitada por alrededor de 3 mil personas, en plena pandemia, en el 2020, nació la Colectiva de Mujeres de la Costa Riojana con la finalidad de brindar contención, primero, a quienes sufren violencia por razón de género y luego a lo relacionado a la producción, asesoramiento en proyectos, gestión de subsidios, espacios para comercializar. También organizan el Encuentro de Mujeres, que este año realizó su segunda edición en Pinchas. En las siguientes líneas Maia y Carolina nos sumergen en la realidad que vive como mujeres en este lugar de La Rioja, conocido por su turismo y los desafíos que se presentan.
Somos Mujeres: ¿Cómo nació la Colectiva de Mujeres de la Costa Riojana?
Maia Pisano: La Colectiva surge de un encuentro de hace tres años para el 8M, hicimos una ronda y empezamos a hablar de situaciones de violencia que se vivían en ámbitos laborales, de la salud, la docencia, la calle, la doméstica, lo que nos pasaba a nosotras, o a vecinas. Hicimos una ronda de palabra, prendimos velas, lloramos y dijimos ¿qué hacemos?, ¿no nos vamos a quedar así?, y nos planteamos hacer una feria, un escenario, música, talleres y de ahí surge el encuentro que tuvo una importante convocatoria, y luego se realizaron otros encuentros territoriales, como los dos de semillas que se dieron en Pomán. Estamos haciendo el segundo encuentro aquí en La Costa, que tiene la característica de ser en pueblos, para personas de ahí e invitando a gente de las ciudades, pero con esta impronta.
S.M.: ¿Cuáles son los objetivos de la Colectiva de Mujeres de la Costa Riojana?
M.P.: Los objetivos de la colectiva son diversos, por un lado está la rama de la producción con proyectos para poder elaborar dulces y moler algarroba y otros frutos del monte, para lo que se han gestionado maquinas, le damos mucha importancia a las ferias agroecológicas, que se hacen una vez por mes en diferentes pueblos del departamento.
También acompañamos a mujeres en situación de violencia, son mujeres que van llegando, no es que promocionamos a la colectiva como espacio exclusivo de contención, en su momento, la colectiva accionaba muy fuerte con el socorro violeta, que es para acompañar mujeres, el 50 por ciento de las que estaba asistiendo la provincia estaban en el departamento.
Además reclamamos y nos manifestamos por ciertas cosas que consideramos importantes. Es un departamento que tiene 3 mil personas, 10 pueblos a lo largo de un cerro, y no cuenta con transporte público, ni que ingrese al departamento, ni que traiga gente de la ciudad, ni que se mueva interpueblo, por lo tanto lo referido a la logística, a la comunicación y que la gente salga de su casa es muy difícil. Vivimos en una sociedad que el sueldo promedio de los trabajadores municipales hoy está en 20 mil pesos al mes, dedicando todas las mañanas, de lunes a viernes, al municipio, entonces eso significa que es muy feudalista.
Nosotras vamos articulando desde lo que hacemos como colectiva acompañándonos, en eso hemos gestionado subsidio para algunas señoras que necesitaban acompañamiento. En mi caso, yo soy música, hemos hecho el reclamo, hace años que venimos pidiendo por la ley de cupo, que se respete en los escenarios la figura de las mujeres y en la capital se han logrado festivales y chayas con el cupo completo, en la costa riojana no hubo ningún festival que cumpliera con la ley de cupo, yo siendo música y habiendo presentado dos propuestas para trabajar no me llamaron de ninguna, es un reclamo que ya llegó al INAMU.
S.M.: ¿Cuáles creen que son los obstáculos que deben atravesar las mujeres y disidencias en la sociedad riojana?
Carolina: Hay algunos que son propios de las mujeres, hay otros que son propios de las disidencias, creo que compartimos una lucha contra un sistema patriarcal, a su vez si nos ponemos a mirar en profundidad compartimos la lucha porque somos géneros oprimidos, las problemáticas no son las mismas, unimos fuerzas, pero no compartimos problemáticas. Personalmente pienso que está muy naturalizado y desvirtuado el rol de la mujer en la sociedad y por eso se generan muchas dificultades en el acceso de los derechos. Las mujeres como género si estamos visibilizadas, pero no estamos en un lugar de valor, de no poder acceder a un montón de lugares y particularmente las disidencias manejamos otros obstáculos, ya que muchas disidencias son invisibilizadas directamente y también está la dificultad en el acceso, pero sobre todo ningunear la identidad desde ahí. Las disidencias, en cambio, se les reclaman explicar su identidad y en realidad no tendría que estar explicando su identidad. Ni hablar de la expectativa de vida de las disidencias, de las compañeras trans, que es más baja, del acceso al trabajo, que también es bajo y cuando acceden es por completar un cupo y no por nuestras habilidades
S.M.: ¿En qué creen que se ha avanzado en cuanto a derechos con perspectiva de género en La Rioja?
M.P.: Se ve muchas diferencias, con respecto a género, mujeres y disidencias, en ciertas propuestas que hacen en la ciudad y otros departamentos, con lo que pasa acá. Nosotras como colectiva hacemos política en la calle, pero somos apartidaria. La colectiva es horizontal, no tiene una presidenta, secretaria, tesorera, nos solemos manejar en dupla o en trio, para la organización, difusión, tesorería, escenario, talleres, producción, y se resuelve en reuniones presenciales. La realidad en nuestro departamento es que ninguna lista presentó candidata mujer, no hubo representatividad femenina en ninguna de las ofertas.
El acceso al agua, nosotras tenemos como colectiva, un reclamo por quebradas abiertas, cada uno de estos pueblos, tiene una quebrada, un suministro de agua, una quebrada natural, a muchas de ellas, no tiene acceso la gente, están cerradas.
Estamos elaborando muchas cosas en simultáneo, el año pasado a una doctora que había colgado carteles por el derecho a decidir de ESI (Educación Sexual Integral) se los sacaron a todos, desde la colectiva, se hizo el reclamo, fue un bardo y surgieron amenazas por hacer reclamos legítimos. El hospital en Anillaco no llega a tener electricidad para hacer una radiografía de calidad, no tiene preservativos a disponibilidad de la gente, tenes que ir y pedirlo, en Aminga todavía es peor, tenes que firmar que te llevas preservativo, porque aducen que los adolescentes se los pueden llevar.
Hemos avanzado en empoderarnos cada una en lo que estamos haciendo y ayudándonos y también algunos compañeros, compañeras y compañeres van captando estas expresiones de cambio y va creciendo desde abajo el cambio. También entender que nuestra opinión es valiosa tanto en el ámbito científico, musical, estamos teniendo acceso a más producciones de compañeras, acá hay muchos que trabajan en el ámbito de la ciencia y han dado talleres para capacitar en diferentes cosas.
Después con respecto a la atención primaria de la salud de las mujeres, no hay nada, hace años había un médico que había hecho una orientación en obstetricia y que tenía reclamos por recomendar procedimientos indebidos. En la costa no te podes hacer un PAP, consultoría clínica básica, ni hablar de mamografía, de dentista, no hay arreglos, lo único que hacen son extracciones, en todo el departamento.
S.M.: ¿Cómo surgió la iniciativa de realizar el encuentro de mujeres y disidencias?
M.P.: Surge de lo que una sabe hacer, nos tenemos que reconocer que somos muy buenas gestoras culturales y ante el entretejido de esta red territorial están viniendo mujeres de Tafi del Valle, de Pomán, Catamarca, de capital, vienen a compartir y dar talleres, se hace un entretejido con todas las que vienen y genera también movimiento de dinero.
¿Como describen la realidad de las mujeres y de las disidencias de la costa riojana?
Yo y algunas compañeras nacimos en Buenos Aires, otras en Mendoza, en Córdoba, confluimos en eso, sentimos fuerte el desarraigo, algunas más que otras. Estoy hace 13 años viviendo en la costa traemos una experiencia de algo distinto, eso es lo que podemos aportar como colectiva. Mi hija de 15 años, hasta hace cuatro días, venía al secundario del pueblo y nos estaba pidiendo que, por favor, se quería cambiar de escuela a Aimogasta, a 40 kilómetros, que si bien sigue siendo por la cantidad de habitantes ya es más parecido a una ciudad, entonces empezó a ir a la escuela y vuelve y dice mamá pregunté si podía tocar la guitarra en los momentos libres y me dijeron que si y yo pregunté ¿que tenía que hacer?, tenía que traer la guitarra, me dicen, ella estaba acostumbrada acá, donde todo todavía sigue siendo muy feudal, agachar la cabeza y obedecer, de no preguntar, de hacer sin reclamar- La situación de las mujeres aquí es de mucha sumisión y los varones también lo padecen.